Columna, 2025
Heliograbado y aguatinta sobre papel Hahnemühle 300 g
24 x 35 cm
Ed. 50
350 euros
En esta pieza de An Wei, el capitel corintio se erige como un fragmento arrancado al tiempo, un vestigio que aflora desde ese ápeiron (ἄπειρον) entendido como principio primero, ilimitado, del que brota toda forma antes de ser nombrada. Sobre el fondo rosa —uno de los tonos más reconocibles de su paleta, abierto, expansivo— la columna parece surgir precisamente de ese origen indefinido, como si la imagen emergiera desde un territorio primordial donde lo clásico aún no está fijado y la memoria, todavía dispersa, empieza a configurarse. An Wei transforma esa referencia arquitectónica en un dispositivo íntimo: un pilar que sostiene no tanto un edificio como una urdimbre emocional.
En su obra plástica, recorrida por la experiencia de la diáspora, recompone lo micro para entender lo macro. Los detalles deshilvanados del pasado se activan como un tejido subjetivo que permite reconfigurar identidades e imaginarios. Así, la máxima “ex nihilo nihil fit” se vuelve aquí fundamental: nada surge de la nada. Toda imagen, todo recuerdo, toda sensibilidad parte de un sustrato previo. En Columna, ese cimiento se hace visible como signo de una historia compartida, en constante reinterpretación, que nos invita a reconocernos y repensarnos colectivamente.