Las piezas de 'Pensar un arbre, pensar un paisatge' parten de cuadernos de trabajos manuales que reducen el conocimiento artístico a un mero pasatiempo. Las formas e imágenes de las fichas que deben ser recortadas para completar unos paisajes predeterminados, previamente dibujados, se nos revelan como composiciones con una fuerza plástica propia digna de las vanguardias y de los dibujos infantiles libres. Construcciones a la espera del intérprete que las sepa descifrar. Formas geométricas y no geométricas que conforman unos paisajes, que también remiten a la intención del dibujo científico, que descompone la naturaleza para mostrar detalles que facilitan la identificación de lo que conocemos.