Transhumance muestra los últimos trabajos realizados en colaboración con Muriel Moreau (París, 1975). Bajo este título se agrupan una serie de aguafuertes y esculturas realizadas con elementos recogidos en la naturaleza. A través de su particular estilo de micronarrativas, la artista evoca una cartografía intuitiva que relaciona el cuerpo con el cosmos trazando caminos que convergen desde diferentes dimensiones. Este deambular inconsciente por lo natural queda grabado, tallado sobre el cobre como un acto primitivo que habla del viaje y el tiempo. El paisaje se redibuja con el rojo de la sangre, los capilares sirven para tejer un abrigo nocturno y se construyen máscaras con los restos palpitantes de la primavera. El concepto de transhumancia evoca un viaje tanto físico y paisajístico como conceptual, al mismo tiempo que evidencia el encuentro de diferentes técnicas y materiales.